Notas Acusmáticas
Por Dení Leds
Recientemente me recomendaron el documental Hired Gun del 2016, dirigido por Fran Strine y disponible en Netflix. Se trata del otro lado de la moneda musical, de aquellos músicos que deciden renunciar a la fama y a los reflectores a cambio de un cheque… y por participar al lado de sus bandas favoritas en un concierto de rock.
Los músicos de sesión, mejor conocidos como “hired gun” en inglés, son virtuosos en su instrumento, son los que sacan las rolas que se les dice para interpretarlas en vivo. “Hueseros”, les llamaríamos en México. Pero no son sólo aquellos que deciden tocar “covers” para vivir, sino que son tan buenos que son contratados por músicos de renombre para que toquen en sus discos o en sus presentaciones.
Los hired gun no gozan del reconocimiento del público, solamente de la efímera admiración de los famosos que los contratan. Sin embargo, contrario a lo que pudiera pensarse, no se trata del trabajo soñado de cualquier músico, pues está lejos de tener un buen sueldo o de contar con seguridad social, inclusive puedes llegar a pelearte con aquel músico al cual admirabas y con quien tuviste la oportunidad de tocar.
Una de las historias que más me impactó fue la de Liberty DeVitto, ex baterista de Billy Joel. Se conocieron desde que el famoso intérprete de Piano Man empezaba su carrera y de inmediato hicieron click. Tanto así que DeVitto se consideraba “su amigo”. No obstante, años después, Joel lo corrió de fea forma después de pedirle un aumento en su modesto salario.
Así las cosas con los músicos de sesión que platican buenas, malas y peculiares anécdotas. Otra historia que llamó mi atención es la del guitarrista Jason Hook, quien siendo metalero, fue contratado por la entonces estrella pop Mandy Moore en su tour del año 2000, en el cual el cantante Alice Cooper lo vio en vivo –así es, Alice Cooper en un concierto de Mandy Moore- y decidió contratarlo, más acorde con sus habilidades y gustos musicales. Lo interesante es que, más tarde, Hook le renunció a Alice Cooper para unirse a la entonces banda emergente Five Finger Death Punch para llevarla al estrellato con su genial manera de tocar.
Los hired gun tienen decenas de historias por contar en este documental que no está exento del desastre y la desesperanza, historias fuertes propias de las sorpresas que da la vida. Pero creo que el mensaje más destacado es que, para cumplir tu sueño, necesitas invertir tiempo en él. La mayoría de estos músicos de sesión hablan de las muchas horas que pasaron ensayando para volverse virtuosos, al tiempo que soñaban con compartir escenario con varios de los músicos para los que tuvieron la oportunidad de trabajar.
Empero, como decía no es el trabajo soñado, porque estos músicos no reciben un pago por regalías, ni siquiera está su nombre en el booklet del disco en el que grabaron y en cuanto termina la gira ellos están desempleados, por lo que deben buscar otro jale con alguna otra banda o solista que requiera de músicos de sesión.
Por ende, también el mensaje es que el negocio de la música es difícil, es duro y no respeta amistades. Es triste darse cuenta de que grandes discos de la historia de la música deben su éxito a músicos de quienes ni siquiera sabemos sus nombres. Un caso de esta naturaleza es el de Derek St. Holmes, ex guitarrista de Ted Nugent quien grabó la voz del conocido hit Stranglehold, pues el vocalista no alcanzaba las altas notas que hicieron famosa a esta canción, aunque el público jamás se dio por enterado.
Lo que las bandas emergentes podemos aprender de este documental es que hay cientos de miles de músicos mejores que tú. “La verdad ofende, pero después purifica”, diría Javier Sicilia. Sin embargo, por muy distante que veas la habilidad de estos músicos a los que ves como tu competencia, en lo que puedes trabajar es en el compromiso que desarrollas con la música, con el arte y con tu proyecto original.
En ese sentido, el punto más destacable es el gran compromiso que tienen los hired gun. Puede o no ser su música, me refiero a que no es algo que hayan compuesto, pero lo dan todo en el escenario, en el estudio o donde sea que tengan que tocar. ¿Es porque están al lado de un músico que ya es famoso? Quién sabe, pero es envidiable ese compromiso por la música y es lo que nos falta desarrollar a la gran mayoría de las bandas emergentes en México.
Uno de los hired gun, no recuerdo quién, dijo algo que se me quedó grabado: “no hay margen para el error. Sabes que si te equivocas en el escenario, estás fuera”. Esa es la actitud que debemos tomar todos los músicos. No hay cabida para el error, menos cuando se trata de tu música, porque hay miles de músicos que no se van a equivocar en el escenario. Esos son los músicos con los que queremos compartir escenario tanto yo, como el músico del bar de la esquina o el que ya llena un Foro Sol.
Si bien la música es un vaivén entre emociones y experiencias buenas y malas, lo importante es darse cuenta de que además del compromiso, actuar con bien y sinceridad, sin hacer daño a los demás, es lo que nos puede llevar a la trascendencia humana, más allá de fama, dinero o poder.
En conclusión, la gran enseñanza de los hired gun es que si quieres de verdad “vivir” de la música, tienes que darlo todo de ti, ensayar e invertir horas y esfuerzo en tu pasión. Conviértete en el mejor guitarrista, en el mejor tecladista, el mejor baterista, el mejor bajista o el mejor vocalista, ensaya horas con tu banda y permítete conectar espiritualmente para que se refleje en tu instrumento. Pero sobre todo, recuerda que el corazón franco vale más que cualquier reflector.