Notas Acusmáticas
Por Dení Leds
La música es un cúmulo de experiencias, recuerdos, sentimientos e influencias. Todos queremos hacer buena música pero nadie nos dice cómo. No es algo que se pueda forzar, necesitas de inspiración y eso implica una reinvención continua.
Hacer música es contar historias. Los músicos y los escritores compartimos el mismo proceso: vivencia social + inspiración + técnica. Esto implica que, para poder escribir un texto o una canción, necesitas salir a la calle, ver gente, observar y documentarte, ser una esponja que absorba todo lo que está a tu alrededor y lo plasmes como un pintor sobre su lienzo. Necesitas “conmoverte”.
La práctica, la disciplina y el compromiso son sólo una parte del proceso. La pasión y la reinvención complementan el cuadro. ¿Qué es más importante? Todas, sin lo uno no hay lo otro. Por ello es que los artistas debemos ser ante todo sensibles, porque la conexión con nosotros mismos es la voz interior que nos dice cómo. Si no estamos abiertos a escucharla no podemos tener un buen resultado.
¿Y qué pasa cuando, por alguna circunstancia inesperada, dejas de tocar? La disciplina requiere de constancia, pero hay veces que nos vemos obligados a dejarla a un lado y esto no necesariamente es algo malo, siempre y cuando te lleve a reinventarte.
La rutina puede llegar a sofocarnos. Como los escritores, los músicos debemos ser de espíritu libre. Viajar y experimentar cosas nuevas nos abre la mente y conecta con lo invisible. Muchos refieren que su música, su libro o inclusive su trabajo científico les llegó a raíz de escuchar a Dios. Esa es la voz interior, esa es la chispa que prende la llama de la creatividad. Puedes ser o no creyente de una entidad superior, pero ser perceptivos es lo que permite esa conexión interna que nos hace ver con claridad por dónde empezar.
Esa es la reinvención, estar en una búsqueda continua de la voz interior. Cuando escuchamos en nuestra cabeza una melodía nueva y sentimos el impulso de tocarla, ese es el momento en el que debemos componer. A veces no funciona sentarse a ver qué sale porque no estamos dejando abierta esa puerta espiritual.
Por ello, de pronto dejar de tocar un tiempo puede llegar a ser productivo. Es válido tomarse un descanso y hacer una introspección. Aprovecha la tecnología y piérdete en ella. La inspiración es más fácil de conseguir de lo que te imaginas, sólo hay que escuchar y encontrarás música en todos lados.
Ir al cine, leer un libro, oír música nueva, conocer gente interesante, ir al parque con tu perro o a una fiesta, todo, absolutamente todo es una ventana a la inspiración. Aléjate de la rutina. Levantarse todos los días a la misma hora para ir a trabajar o a la escuela, salir igual que siempre, tomar la misma ruta hacia tu casa o lo que sea que hagas igual se convertirá inevitablemente en un bloqueo creativo y sepultará cada vez más la sensibilidad artística.
Intenta hacer cosas diferentes todos los días. Detente en la calle a observar por unos minutos lo que pasa a tu alrededor. Mira a la gente a los ojos. Despierta con emoción a hacer tus labores. Explora tu ciudad. Siente tu cuerpo. Mírate en el espejo y siéntete valioso. Cuida de ti y de tu entorno. Sé amable. Todo esto te ayuda a conectarte otra vez contigo mismo y por ende, harás buena música.
El mundo tan agitado en el que vivimos donde nos han enseñado que todo gira en torno al dinero y a la prisa, eso nos consume diariamente y va poco a poco apagando la voz interior, la llama de la creatividad y la emoción, la sensibilidad y la percepción, esos sueños de grandeza artística que se van volviendo opacos y cada vez más lejanos e irreales. El sueño de un adolescente que empezó su banda hace años pero que nunca llegó a ningún lado por culpa de lo socialmente aceptado.
Los músicos, los escritores, los pintores, los fotógrafos… todos los artistas tenemos una llama interna que expresa lo que mucha gente piensa o siente pero que no puede, porque no tuvo la fortuna de tener una habilidad artística. Hay que escuchar esa voz interior. Hay que ser sensibles, sensitivos. Hay que representar a todos aquellos que no pueden expresarse a través de una canción.
Si de verdad quieres que tu sueño adolescente llegue a algún lado, necesitas abrir tu corazón. Conectar con todos. Conectar con la naturaleza. Conectar lo intangible con lo tangible. ¿Suena difícil? No lo es, mientras escuches tu voz interior.
Vive intensamente como si no hubiera un mañana. Sé honesto y haz las cosas con pasión, con gusto. Reinvéntate todos los días y haz música. Incluso en tu celular puedes hacerlo, sólo basta alimentar el espíritu.