Notas Acusmáticas
Por Dení Leds
Atrás quedaron aquellos años mozos en donde un idealista Mark Zuckerberg presentaba una idea revolucionaria de libertad de la información y de conexión cultural entre la sociedad. Hoy en día, Facebook terminó por convertirse en un engranaje más del sistema capitalista, es decir, de aquello a lo que de algún modo combatía en sus inicios, aunque no se lo hubiera propuesto conscientemente.
Quien posee el poder de controlar la información es el nuevo señor feudal. Comprender más o menos lo que implica el capitalismo, explicado con tanta maestría por Marx, implica entender la analogía a la perfección. Y es que la evolución de las fuerzas productivas de Internet daba a la imaginación hace unos años la esperanza de ver el ideal del marxismo hecho realidad.
Para Marx, el fin de las ideologías y de la lucha de clases se daría como consecuencia de la superación del capitalismo en la dictadura del proletariado y posteriormente con el advenimiento del comunismo, donde no habría clases sociales y por lo tanto tampoco lucha de clases, trascendiendo en una socialización más avanzada fundada en el progreso tecnológico de la comunicación, la información y el conocimiento.
Pero en vez de convertirse en una fuente de libertad para el proletariado, de un tiempo para acá Facebook ha devenido en un arma más del sistema, quizás la más importante. Aquella independencia que representaba publicar lo que “uno quisiera en su muro”, resultó ser un espejismo. Es tal el poder que se conseguía a través de los trending topics, que inclusive se lograron tirar dictaduras y encarcelar a políticos corruptos en varios países del orbe.
Pronto, los hombres que dirigen el mundo se apresuraron a tratar de censurar y controlar no solamente las redes sociales, sino el Internet en su totalidad. Y es que es relativamente fácil intervenir en el alcance que puede llegar a tener una publicación en los espacios llamados “muros”, puesto que Facebook es el dueño y solamente nos está prestando un pedacito de su casa.
Ya es más difícil publicar algo que se haga viral, mucho menos cuando se trata de una página de negocios o “fanpage”. En tu línea temporal de Facebook no aparecerá todo lo que tus amigos publican, ya que la red social escoge las publicaciones de tus contactos y de las páginas que sigues para mostrar sólo aquellas que considera relevantes para ti, basándose en distintos algoritmos.
Ahora, en el caso de las fanpage, las estimaciones de que tus seguidores vean lo que publicas rondan alrededor del 10% de ellos, en el mejor de los casos. Uno podría alegar que es necesario –claro que lo es- estudiar los horarios de mayor interacción de los seguidores específicos y publicar cosas interesantes. Sin embargo, Facebook implementó desde el 2012 una herramienta que se llama “Promocionar publicación” que pasó a tirar por calle el gran alcance que se lograba anteriormente.
Si bien es cierto que Facebook no cobra ni un quinto a sus usuarios por crear una cuenta, por supuesto que tienen que vivir de algo, y ese algo era la publicidad. Pero ahora se han encargado de exprimir también a sus usuarios (principalmente a quienes crean una “fanpage”, es decir, los negocios de todo tipo y los artistas, como los músicos, que buscan dar a conocer sus propuestas en esta red social).
Uno de los principios del capitalismo es que nada es gratis, por tanto, si quieres que una de tus publicaciones llegue a por lo menos el 20% de tus seguidores, vas a tener que pagar publicidad (en este caso, hablamos de la promoción de un post para los que ya te siguen). Así de sencillo y así de absurdo, porque si tienes 10,000 seguidores tus publicaciones podrían ser vistas por 2,000 de ellos; pero si sólo tienes 100 seguidores, tus publicaciones serán vistas por 20 personas…
Por si lo anterior fuera poco, el colmo del descaro es que cuando Facebook detecta poca o nula interacción por parte de tus seguidores, automáticamente muestra mucho menos tus publicaciones, orillando a quienes crean una fanpage a verse en la necesidad de pagar por más seguidores o por la promoción de una publicación.
No pocos recuerdan que el ex presidente estadounidense Obama ganó las elecciones de su primer periodo gracias a las redes sociales, particularmente Facebook, donde dio a conocer ampliamente sus propuestas de campaña y que le valió la aceptación sobre todo del electorado joven. Este antecedente ayudó a que naciera el escándalo de la consultora Cambridge Analytics, que usó datos de manera indebida de 87 millones de usuarios por parte de una consultora política conectada con la campaña de Donald Trump en las elecciones de 2016, provocando que se cuestionara la presunta protección de datos que ofrece la red social de Zuckerberg.
Según estadísticas publicadas en enero de 2018 realizadas por We are Social y Hootsuite, Facebook contó con 2,167 millones de usuarios activos en un mes. ¿Creen que desperdiciarían la oportunidad de cobrarles aunque fuera un centavo a cada uno?
No obstante, uno como usuario aún tiene posibilidades de tomar al toro por los cuernos. El tipo de información que se comparte es trascendental para asegurar la confiabilidad de las fuentes y sobre todo, de ayudar a los emprendedores que utilizan Facebook para darse a conocer. Así que cuando veas las publicaciones de la banda de tu amigo, ayúdale con tu “me gusta” y compartiéndolas, de esta manera no se verá en la necesidad de seguir alimentando el capitalismo al tener que pagar publicidad. En nosotros está la posibilidad de darle la vuelta al sistema.