Mamá, Papá… Quiero ser músico.
La primera vez que tome un instrumento entre mis manos jamás imaginé lo que esa sensación pudiera lograr hacer sentir en mi ser. La capacidad de crear algo con mi cuerpo, las notas que emergían de la fusión de mi ser con la arquitectura plástica de aquel instrumento musical, la sensación de libertad… Todo eso me llevó a querer más y descubrir en los instrumentos diversas formas, estructuras, colores y matices; sonidos que en su conjunto me hicieron amar y tener la música como una forma de vida.
El ser músico me ha llevado a conocer diversos lugares, sonidos, estilos y personas, pero sin duda es una de las profesiones que más atención requiere y que más obstáculos te presente a lo largo del camino.
El primer paso (si así al puro estilo de quienes siguen pasos para sanar, así se puede cronometrar la historia de un músico) es aceptarlo. Si la historia familiar trae entre sus ramificaciones la existencia de un músico puede ser relativamente fácil la aceptación e incluso la resignación, pero cuando vienes de una familia en la que tú eres quien ha decidido tomar ese camino incierto de ser músico créanme, puede ser muy complicado aceptarlo.
En lo personal, agradezco a mis padres por estar ahí y brindarme el apoyo que a sus posibilidades estaba el darme, pero lo complicado, es salir al mundo y ser un músico completo. Te encontrarás con gente que te apoya, con quien sólo lo ve como una broma e incluso con quien te de la espalda por tal decisión.
El segundo paso creo yo es tu definición. En el mundo hay miles de géneros, miles de sonidos y estilos, por lo que no se puede decir que x o y género son la verdad absoluta y por ello debes de tomar de aquí y de allá para definir tu sonido, ojo este proceso puede durar toda tu vida, pero lo principal es ser tú mismo, evitar caer en clichés y estereotipos, la definición llegará cuando tenga que llegar.
El tercer paso es perder los miedos. Hace un tiempo asistí a un encuentro entre cantautores y me sorprendió mucho una pregunta de entre el público asistente la cual decía:
“llevo más de 10 años componiendo, no he dado a conocer mi material por miedo a plagio… ¿Qué paso sigue, qué debo hacer?”.
Esta intervención me pareció en primera instancia una pregunta con una respuesta fácil y sencilla: da a conocer tu material. Pero al reflexionarlo profundamente, creo va más allá del miedo al plagio. Como en todas las profesiones, al estudiar, nos dicen cómo lograr que nuestro conocimiento haga realidad cualquier elemento, ya sea tangible o imaginario como las ideas, pero en este terreno donde muchos no asistimos a una preparación académica musical, hay cosas que vas aprendiendo con el paso del tiempo y hay miedos que te vas quitando con el andar de tu experiencia y sin duda este es uno de los pasos más complicados pero que al lograr superarlo, brinda grandes satisfacciones, como cuando tomé por primera vez aquella flauta dulce y toque frente a la clase aquella nota de sol, quitarme ese miedo me trajo hasta estas alturas de la vida.
Seguro hay muchas experiencias que podamos contarnos mutuamente y los consejos que pueda ir armando para ustedes, créanme será un gran placer compartirlos.
Gracias a Rey Decibel por este espacio y deseo se convierta en un canal para músicos independientes que dé voces a todos los proyectos e ideas.
En hora buena.