Como buen millenial soy un ser lleno de sueños y frustración, y como músico no se diga. Después de mucho pensarlo decidí escribir este artículo porque me imaginé que muchas otras personas pasan por lo mismo. Te recomiendo mucho este contenido si tienes más de 30, porque si eres más joven, no más te voy a spoilear y para que te arruino la película.
Como muchos de ustedes he estado en varias bandas, incluyendo algunas de las que no quisiera acordarme o admitir que estuve en ellas. De inicio de las que me avergüenzo son aquellas que iniciaron con planes de giras, merch y autógrafos desde el primer día, no mamen que no tuvieron una banda, aunque sea cuando eran muy chavos y muy pendejos, en la que ensayaban más cómo iban a posar en las fotos o como iban a hacer su autógrafo en su propio instrumento. Conozco a varios que en sus 30 siguen en esa etapa.
Esas bandas (particularmente las que me avergüenzan) la neta es que me trajeron mucha experiencia y mucho aprendizaje y pasé por chingo de cosas que dije “nel, neta esto no me vuelve a pasar”. Pero después pasé a esa pinche etapa tan popular y a veces tan longeva de “es que no hay apoyo, no hay espacios”, que es super difícil de quitarte de la mente porque es real, no hay apoyo y no hay espacios, el problema con esa frase es que no tiene realmente un destinatario, o sea ¿a quién chingados le reclamas? ¿al gobierno? ¿a los empresarios?, no mames es una pendejadota ya que lo vez a la distancia.
Pero poco a poco con la experiencia te empiezas a sentir cómodo en la incomodidad, cuando empiezas a entender que en realidad, el apoyo lo debes de dar antes de recibir, y los espacios los tienes que crear y compartir antes de exigir, es ahí cuando entras en ese punto en el que en realidad tu y tu banda empiezan a realmente a tener potencial.
Pero llega finalmente la etapa en la que caemos el 90% de los músicos y que a veces nos etiqueta, la pinche frustración.
En mi caso llegó porque mi ambición de llevar mi proyecto al éxito (cada quien sabe qué significa eso, cada quién tiene su definición), dediqué mucho de mi tiempo, y casi todo mi dinero en mi banda, siendo yo el único miembro que realizó estos sacrificios a este nivel, esto puso una carga muy alta en el proyecto, porque a mi forma de ver era éxito o muerte, y para el resto de los miembro era muy diferente. Entonces ya sabrán yo pagaba más que los demás en ensayos, grabaciones, clases de música y equipo. Y llegó a haber ensayos en los que sólo llegaba yo, porque los demás cancelaban de último minuto o solo no llegaban.
Si pudieron darse cuenta en realidad empecé a tener un loop, pasé del “no hay apoyo, no hay espacios” a “no hay compromiso”, cargué responsabilidades en otras personas, y la neta si quieres que algo salga, tú te debes de subir al barco con quien quiera estar y dejar a los que no, y si tienes que hacer un proyecto solista pues hazlo. Ese es el primer consejo.
El segundo consejo es el más útil, no le cargues a tu proyecto más presión de la necesaria, no pienses en el éxito, no pienses en la meta, necesitas enfocarte en disfrutar el camino, no te quedes como yo sentado viendo cuántas escuchas tienes en Spotify o cuanta gente va a tus shows, disfruta tus ensayos, disfruta tus grabaciones, si un día miles de personas escuchan tu música que chido, si no también porque la neta, la neta lo que deberías disfrutar es hacer música, porque si lo que quieres es ser famoso pues igual puedes explorar tener una carrera de youtuber o algo así.
La neta es que no he terminado de dejar la música y creo que si de verdad te gusta nunca lo vas a dejar, lo de tener banda eso si lo voy a pensar la próxima vez, porque estoy muy a gusto con la idea de componer en mi cuarto y grabarme y subir mi música a mis redes sociales y ya.