¿Quieres saber cuál es el secreto para tener éxito en la industria musical?
El secreto es que no hay secretos. No hay UN truco que le pueda funcionar a TODOS. No hay UNA fórmula grabada en una tortilla escondida en las profundidades de Sony Music Entertainment.
Ni siquiera el dinero es El Secreto®. Las mismas disqueras invierten millones en músicos a los que al final consideran un fracaso (porque para nosotros ganar 200,000 MXN al final del año sería la gloria, pero un Universal Music necesita mínimo 1 millón sólo para saldar su inversión inicial).
El peligro de las fórmulas secretas
Este artículo lleva exactamente un año en la carpeta de Borradores de mi computadora. “Meh, todos en el fondo lo saben. No es necesario escribir esto”, creía. Ya no estoy tan segura.
Y mi problema con El Secreto® es que:
1. Lo usan para sacar dinero fácil
Imagina esto: Estudias guitarra durante más de 3 años en un instituto donde te enseñan desde cómo identificar escalas de oído hasta cómo construir tu instrumento. A eso, le metes tiempo y dinero en más cursos, clases y libros. No eres el mejor. Sabes que te falta mucho por aprender, pero algo entiendes de guitarras.
Entonces llega Juanito Pérez, quien vió un video en Youtube de “Cómo aprender a tocar guitarra en 1 hora” y ahora ofrece talleres de guitarra a tus amigos. Pero espérate, no son gratuitos. Tampoco cobra 50 MXN la hora. Vende talleres de 2,000 MXN por 3 horas.
Y es peor: No se lo vende a personas con salarios fijos de 30,000 MXN mensuales que no pierden mucho. Se lo está vendiendo a gente que, con trabajos, junta 5,000 MXN al mes para pagar sus rentas y comer, y que tiene la esperanza de salir de ahí sabiendo todo lo que necesita para dedicarse a tocar guitarra.
¿No te encabronaría lo suficiente como para escribir un artículo de 1,280 palabras sobre cómo no hay un truco mágico para tocar guitarra en una hora?
2. La gente lo cree
Y ese, para mí, es el mayor problema.
Tienes a 50 personas que, además de gastar 2,000 MXN y 3 horas de su vida en algo que pudieron conseguir en internet de forma gratuita, están seguras de que ya entienden El Secreto®. Creen que tienen todo para triunfar, y cuando ven que no se puede ser Jimmy Hendrix en una hora, creen que es 100% SU culpa.
Ellos son los que están mal. No, es peor, la vida los odia. “¿Por qué no puedo llenar un Lunario en 2 días?”, “enséñame mercadotecnia para poder vender 500 discos en un mes con 2 pesos”.
¿O sabes qué? Es por el dinero. Como no tienen dinero, jamás van a poder llegar a ningún lado. (Y sí, el dinero tira paro, pero repito: NO ES EL SECRETO®).
¿Qué es un Duncan Watts?
Un investigador de Microsoft que está harto de que Juanito Pérez diga “claro, yo sé por qué ‘Despacito’ fue un éxito, es obvio. Es por El Secreto®”, pero sólo después de que la canción ya está sonando todo el día en la radio y su fórmula ya fue copiada por otros 50 artistas pop.
Para él, lo interesante sería decir “oye, Luis Fonsi, la canción que estás grabando y se va a estrenar hasta verano del siguiente año va a ser UN HITAZO”.
Entonces, Watts hizo un experimento donde más de 14,000 personas podían bajar música de una librería con 48 canciones desconocidas, por artistas desconocidos.
¿Y qué pasó o qué?
Aquí está el truco: Estas personas estaban divididas en diferentes “universos”.
En unos, Watts inventó una lista de canciones más descargadas. Otros tenían una lista de “hits” generada conforme a lo que más oía la gente (como en Spotify, pues). En otros, no había lista de hits, sino que las mismas personas exploraban música sin influencia externa.
Watts descubrió muchas cosas muy interesantes (el estudio completo está en este link), pero lo importante es: Cada universo tuvo un comportamiento diferente.
En los mundos donde había listas de descargas, esta lista dependía de qué le gustaba a las primeras personas que entraban al sitio, no de una cualidad inexplicable e inherente a las canciones. En otro libro, Watts le comenta a Derek Thompson, otro autor, que “el mismo producto puede volverse un éxito abrumador o un fracaso en circunstancias casi equivalentes. Sólo es cuestión de matemáticas, tiempo y suerte”.
Así que si alguien te intenta vender El Secreto®, no le regales tu dinero. Mejor aviéntale este estudio en la cara.
Entonces, ¿no hago nada?
NO, ESE NO ES EL MENSAJE DE ESTE POST, MALDITA SEA.
Ten en cuenta algo: Esas 48 canciones al menos existían en ese universo, y eso hacía que todas tuvieron la posibilidad de fracasar o ser un éxito.
¿A qué me refiero con esto? A que esas 48 canciones estaban en un lugar donde las podía oír la audiencia, y en los mundos donde existía una influencia (inventada o real), se agarraron de ahí para tener mejores posibilidades de tener éxito.
Aquí es donde entran tu estrategia de mercadotecnia, tu booking, tu amigo el que tiene un blog, etc. Aquí es donde las disqueras meten 5 millones en publicidad para intentar comprar 5 minutos de tu tiempo y que escuches el nuevo sencillo de Ariana Grande.
Nadie te va a enseñar a ser Jimmy Hendrix en un día, pero si aprendes tus escalas, practicas y… Okay, sí, tienes suerte y las condiciones iniciales adecuadas, puedes ser el próximo Jimmy Hendrix.
Soy el hit, soy el beat
Personalmente, creo que nuestras metas no deberían reducirse a “ser un hit”, “ser la máxima superestrella”, ser ese “1 en un millón”.
Tal vez deberíamos conformarnos con un “crear algo que me genere satisfacción y que ayude a que otras personas se identifiquen con mi música”. Y si vamos a tener ambiciones, tener ambiciones realistas y que podamos construir en un periodo establecido de tiempo: “Vender 50 entradas a 50 pesos para mi evento en diciembre del 2019”, “vender 100 discos a 100 pesos de aquí a Marzo del 2019”.
Eso nos permite llegar a Marzo y decir “okay, ¿qué puedo hacer para, de aquí a noviembre, sí vender mis 100 discos?, ¿qué hice mal?, ¿qué puedo hacer diferente?”.
No van a dejar de venderte El Secreto® por el simple hecho de que la gente jamás va a dejar de pedirlo, y el mercado SIEMPRE manda. Es tu obligación ponerte las pilas y decir “okay, ¿qué parte de esto me sirve y cuál es sólo paja?, ¿qué aplica en mi caso?”.
La felicidad no está en encontrar El Secreto®. Te lo dice alguien a quien en más de una materia le han enseñado a fabricar “secretos” (para ser famoso, para ser amado, para ser exitoso, para ser el padre perfecto, etc) con el objetivo de vender cosas.
¿Qué aprendimos hoy?
Y por aprender, quiero decir: ¿Qué información recibimos hoy para cuestionarla de raíz y generar nuestras propias opiniones?
- No hay una fórmula mágica porque la industria del entretenimiento es impredecible. Sólo hay herramientas para intentar incrementar nuestras posibilidades de “armarla”.
- Las metas concretas, alcanzables y medibles son las mejores. Los planes jamás van a salir como los esbozamos, pero al menos nos ayudan a saber qué podemos hacer para cumplir lo que nos proponemos y cambiar lo que se tenga que cambiar.
- No te bases en encontrar El Secreto® para ser feliz porque jamás vas a ser feliz. Disfruta tu música, disfruta el proceso, disfruta el dolor y construye. Pudiste haber sido dentista, pero si estás en esto, fue por algo. Recuerda ese “algo” y aférrate a él.