Ha habido rivalidades épicas en la historia: Los Aliados vs. El Eje, Pepsi vs. Coca-Cola, Adidas vs. Nike, pero ninguna pareciera tan acalorada como aquella entre dos bandos que parecieran hermanos, pero son enemigos acérrimos. Los músicos vs. los DJ’s.
Primero que nada, hay varias cosas que vale la pena recalcar.
¿Qué hace un DJ?
Casi por definición, los Disc Jokeys se encargan de mezclar dos (o más) canciones de la manera más imperceptible posible. Lo demás ya es parafernalia.
Sin embargo, es esta definición tan reduccionista que no permite ver sus dificultades a quienes no mezclan (o “pinchan”, como dirían del otro lado del charco).
Primero, están las habilidades técnicas, que por lo general son el beatmatching y el keymatching.
Un buen DJ sabe más o menos en qué rango de Beats Per Minute se encuentran sus canciones, y tiene un poco de noción de harmonía para saber qué claves con cuáles otras puede mezclar.
Esto, para empezar.
Después está la que, a mi parecer, es la habilidad más compleja de todas, el catálogo.
Y probablemente aquí es donde tienen mejores conocimientos que el 80% de los músicos de rock que conozco.
Casi siempre nos encasillamos en un género (Heavy Metal, Hard Rock, Progresivo, “Whatever”-Core, Pop, Folk, etc…). Y sí, a veces tenemos una brochada de otro género, pero no es como que nos sumerjamos en él.
Y los DJ’s, esos sí escuchan de TODO. Cumbia, Merengue, Jazz, Electro, Pop, Rock, Música Lounge, Top 40, Discos Olvidados.
Claro, es parte de su chamba, pero tener oídos bien abiertos es una capacidad que generan desde el principio.
Trabajo previo, trabajo in situ
Otra cosa que los músicos reniegan de nuestros amigos con tornamesas es que muchas cosas ya las tienen automatizadas. Y sí, ya todos los softwares para mezclar incluyen un botón de “Sync” que hace un match perfecto entre los dos platos. Pero esto no les hace la vida más fácil.
A veces las computadoras fallan, y conocimientos mecánicos como el beatmatching manual son básicos.
Además, los DJ’s pasan muchísimo tiempo aprendiendo un set. Mientras que otros músicos “ensayan” lo que ya saben, para los DJ’s es prácticamente aprender a tocar desde cero. Eso más la dificultad de tocar canciones diferentes cada noche.
Además, tienen que preparar sus carpetas, descargar las canciones, catalogarlas, saber moverse en distintos soportes (conozco DJ’s que pueden mezclar desde casetes—lo más análogo—hasta controladores con una laptop en distintos softwares).
A lo que quiero llegar: para una banda de rock la mayor parte de la presión está sobre el escenario, para un DJ hay varias cosas que se facilitan en el concierto, pero que requieren de paciencia en la preparación.
¿Entonces?
El odio hacia los DJ’s creo que es una cosa infundada, y que no es recíproca. Pocas veces he escuchado a un DJ echar caquita de una banda de rock. Entonces, sugiero se acerquen a un DJ, le den un fuerte abrazo e incluso traten de colaborar con ellos, mezclen estilos, hagan remixes, generen.
¡Felices Tracks!