En nuestro capítulo anterior vimos cómo podemos mejorar nuestra grabación antes de incluso conectar el primer micrófono.
Si no has leído la primera parte haz clic [AQUÍ]
Hoy nos enfocaremos en las cosas más básicas que dejamos de lado y que YA tienen que ver con el proceso de grabación.
3. Pre Producción:
Este es un paso que suena muy glamoroso, pero en realidad es muy sencillo.
Hazte de una versión previa de tu canción.
La que sea.
Puede ser una nota de voz en el celular con tu guitarra y voz, puede ser un multitrack hecho en Garageband, un ensayo grabado… lo que sea.
El punto es que tengas un audio que puedas escuchar constantemente para saber qué partes quieres grabar y en qué momento.
Te vas a hartar de tu canción, pero también vas a sentir ansias por meterle arreglo, vas a escucharla tanto que no podrás con la expectativa de terminarla.
Este ejercicio es importante para planchar tus ideas y tener bien claro hacia dónde va la canción, y que una vez te sientes frente al Protools (O Logic, o Ableton o lo que sea que uses) estés cómodo y, sobre todo, hagas más eficiente tu tiempo de grabación.
“Ten un audio que puedas escuchar constantemente para saber qué partes quieres grabar y en qué momento”
4. Bueno no es suficiente:
Aquí me voy a dar un paso hacia atrás. Ese momento en el que decides si te vas a armar un home studio, o si vas a contratar uno ya establecido.
Esta decisión es muy personal, y ambos caminos son muy respetables. Eso sí, en ambas la conclusión debe ser la misma: tomas PERFECTAS.
Si vas a grabar en casa: Tómate tu tiempo. No está el dueño del estudio para que te diga que tus horas se están acabando, nadie te mete prisa. Graba cuantas tomas consideres necesarias hasta que todos los instrumentos estén bien consolidados entre sí. Repite ese solo de guitarra, quédate con múltiples tomas, graba a tu baterista por horas hasta que saque bien los redobles, no escatimes en tener la base rítmica bien sincronizada.
Eres el dueño de tus herramientas, no hay pretexto para sacar tomas mediocres. Yo mismo cometí el error de no hacer un par de tomas vocales más, y cada que escucho los errores que dejé siento como si me estuvieran clavando cuchillos en los oídos.
Si grabas en un estudio profesional: Ensaya.
Ensaya hasta que te sangren los dedos con la guitarra, cuando tengas ampollas por las baquetas.
Una vez entres al estudio el tiempo empieza a correr, y es mejor tener tiempo para añadir overdubs, solos, ruidos, y demás, que tardarte 3 horas en la guitarra rítmica.
Lo más seguro es que vayas a grabar en un par de días—a lo mucho, una semana—y por eso debes aprovechar tu tiempo al máximo.
La canción o canciones que vayas a grabar ya deben estar impresas en tu cerebro y en tu memoria muscular, deben ser tan naturales como servirte un plato de cereal.
“Una vez entres al estudio el tiempo empieza a correr, aprovéchalo al máximo”

5. Oídos bien abiertos
Ya compusiste tu canción lo mejor posible, planeaste las partes que ibas a grabar y dejaste tracks impecables en el DAW.
Ahora viene la última parte: mezcla y masterización. No voy a entrar en el aspecto técnico—ya que eso sería un post completo—, pero ya sea que vas a mezclar y masterizar por ti mismo o vayas a dejarlo en manos de otra persona debes incluir lo siguiente en tu proceso.
Referencia: Sí, todos tenemos “nuestro sonido”, y somos únicos e irrepetibles (como nos lo ha dicho nuestra abuelita toda la vida). Sin embargo, hay aciertos—y errores—que otros han cometido años antes que nosotros que sirven como guía en esta última parte del proceso.
Busca una canción que tenga una vibra parecida a la que quieres lograr y utilízala para tomar las cosas que te gustan. Tal vez te gusta cómo utilizan el bajo, o la compresión en la batería. Teniendo el track como referencia (y literalmente como un track más de tu sesión del DAW) vas a escuchar tu canción con oídos más críticos, y podrás emular y robar trucos de personas más experimentadas y con mejores presupuestos.
Toma distancia: Hay un dicho que resume esta parte perfectamente: “Cuando pasas mucho tiempo resolviendo un problema, las malas ideas empiezan a parecer buenas”.
Si estás mezclando en casa, sal a caminar un rato, háblale a un amigo, lo que sea que te aleje unos buenos 15 minutos de tus monitores (o audífonos) y te deje los oídos frescos (es un poco como cuando hueles café en una muestra de perfumes, tienes que vaciar tu caché sonoro para escuchar con más atención).
Si alguien está mezclando por ti, pídele que te envíe avances cada determinado tiempo, y anota todos los cambios que te gustaría hacer.
Después ponte a hacer otra cosa y vuelve a escuchar. Te darás cuenta de distintos sonidos en distintos momentos y cuando te sientes con tu ingeniero vas a llevar todas las anotaciones necesarias para que tu canción suene lo mejor posible.
Obviamente hay muchísimos temas por hablar en cuanto a grabación, pero este es un buen comienzo para cambiar algunos hábitos que nada tienen que ver con software o equipo de estudio.
Lo más importante es nunca detenerse, seguir escribiendo, seguir grabando y nunca perder el ánimo.
¡Felices Tracks!