En las últimas semanas he conocido varios proyectos solistas que me han sorprendido por lo bien que están administrados y distribuidos: buenos videos, buenas fotos, contenido interesante en sus redes sociales, buenos shows, con muy buena actitud y energía con el público, etcétera. Estoy hablando de proyectos como, Mi Sobrino Memo, Reno Pony, Checo Soy Yo, Arroba Nat, Tony True and the Tijuana Tres (ahora solista) entre otros.
Entonces me puse a analizar pues ¿qué pedo con esto no?, ¿por qué estos proyectos parecen avanzar tanto con tan pocos recursos? Uno pensaría que al ser solistas con una sola mente y una sola cartera el proyecto podría estar limitado en creatividad, recursos técnicos y económicos, pero no, es todo lo contrario, pareciera que tienen todo eso de sobra, ¿porque?, ¿cómo funciona eso o qué pedo?
Ahora, con este artículo la intención no es decirte que debes dejar a tu banda y lanzarte de solista, sino identificar porque sucede lo que sucede y, chance, si hay alguien por ahí que no tiene banda y que quiere tocar, decirle: oye mira a estas personas cómo lo están haciendo en grande ellos solos, ¿qué esperas?
Las bandas perdemos grandes cantidades de tiempo y dinero en la democracia: a uno se le ocurrió que sería bueno desarrollar una estrategia, a otro otra y a otro otra, y negocian y lo que resulta es un pequeño Frankenstein que no tiene ni pies ni cabeza. O la otra, prueban primero una estrategia, y sin dejar que cuaje o dé algún resultado, se desesperan y pasan a la siguiente estrategia y así, no mamen que no les suena conocido esto.
Un o una solista tiene sólo una estrategia, y como es suya, confía en ella y la sostiene hasta que en algún punto ésta da un resultado, bueno o malo. Cuando pruebas una estrategia y no la dejas cuajar antes de cambiar, terminas dando vueltas en círculo.
Una o un solista tiene una sola identidad, una sola personalidad que expresa al público en todo lo que hace. Una banda tiene el gran reto de crearla de los retazos de la forma de ser y el carácter de varias personas, pocas, muy pocas bandas lo logran y es algo importantísimo.
Un o una solista pone todo su dinero en una idea que es suya, confía en ella, la respalda. En una banda, como mencioné antes, tienes que respaldar una idea que no es tuya y qué tal vez no te gusta, pero al final de la “negociación” entre los y las integrantes pues es lo que se acordó hacer, entonces pones dinero pero con más recelo, y le pichicateas y eso se nota.
Una o un solista tiene referencias más claras de lo que quiere conceptualizar y lo que quiere decir, por lo que entiende conceptos que a las bandas a veces nos valen madres. Por ejemplo: el otro día hablaba con Tony True después de su show en el Black Horse Narvarte, y me decía: “Tengo un chingo de calor, pero no me puedo quitar esta madre (su saco) porque es mi marca”.
Hay mucho que aprender de este tipo de proyectos porque por su dinámica han logrado entender cosas que las bandas no logran tan fácilmente. Chéquenlo y coméntenme lo que vayan descubriendo.
Por cierto, intenté utilizar un lenguaje incluyente en este artículo para probar que tan difícil es, la verdad no es nada fácil hacerlo sin parecer un robot protocolario, pero supongo que con práctica irá siendo más fácil. Posdata: no lo logré al 100%, todavía podría encontrar otras maneras de decir algunas cosas de una forma más incluyente.