Notas Acusmáticas
Por Dení Leds
Hace dos años Madonna volvió a hacerse viral en redes sociales. Tal y como se hablaba de ella en los medios tradicionales cuando aún no existía Facebook, la reina del pop se convirtió en trending topic por un día. Pero esta vez no fue por utilizar un sostén de picos, publicar un álbum erótico o causar controversia por su forma de ser, sino por recibir el premio de La Mujer del Año. Sin embargo, la noticia no era su trayectoria artística, sino las palabras que pronunció en el podio.
Irreverente, única y glamorosa como es, Madonna subió a recibir el galardón que le otorgó Billboard en la edición 2016 y pronunció un discurso ejemplar que sigue más que vigente.
Después de generar un poco de polémica con su peculiar estilo al posicionarse frente al micrófono con las piernas bien abiertas, su temple se tornó serio al agradecer a los organizadores por “reconocer mi capacidad para ejercer mi carrera durante 34 años, frente a la descarada misoginia, sexismo, acoso constante y el abuso implacable”, y comenzó a contar la historia de cómo la hija de unos inmigrantes italianos se convirtió en el ídolo de millones de mujeres en el negocio de la música y en el mundo entero.
Pero las grandes historias no siempre son color de rosa. Louise Veronica Ciccone se mudó a Nueva York para buscar una carrera como bailarina cuando era una adolescente, “un lugar espeluznante en ese entonces”, según sus propias palabras. Tanto así que afirma haber sido amenazada con una pistola el primer año de su estancia en la Gran Manzana, violada en el techo de un edificio mientras le empuñaban un cuchillo en la garganta y asaltada tantas veces en su departamento que simplemente dejó de cerrar la chapa.
Aunado lo anterior al dolor de perder a todos sus amigos debido al Sida, las drogas o los asaltos a mano armada, la cantante es consciente de que el resultado de todas esas experiencias se ve reflejado en la mujer fuerte y atrevida que es hoy en día: “Todo esto me recuerda que soy vulnerable y que en el mundo no existe la verdadera seguridad, salvo creer en ti mismo”.
El mundo siempre ha sido un lugar difícil para las mujeres y más cuando se trata de negocios. La música no es la excepción y en la época en que Madonna intentaba convertirse en una artista, la rebeldía femenina era muy mal vista. Todavía lo es.
“No hay reglas si eres un hombre. Si eres una mujer, tienes que seguir el juego: Tienes permitido ser bonita y sexy, pero no actúes inteligentemente; no tengas una opinión, al menos no una que vaya contra las reglas establecidas. Tienes permitido ser tratada como un objeto por los hombres, vestirte como prostituta, pero no seas dueña de tu ‘putería’; y sobre todo, no compartas tus fantasías sexuales con el mundo. Sé lo que los hombres quieren que seas, pero lo más importante, sé lo que a otras mujeres les haga sentir cómodas cuando estás con hombres. Y finalmente, no envejezcas, porque eso es un pecado; serás criticada, serás atacada y estarás fuera del mercado musical”, pronunció Madonna.
Para mí, ella siempre fue una inspiración, no sólo por su música y lo que representa en la búsqueda de igualdad entre el hombre y la mujer, sino también por esa lucha incansable contra el sistema. Quizás la primera vez que escuché su voz fue, al igual que muchos, con su tema “Like a virgin”, una canción que se publicó mucho antes de que yo naciera y que, sin embargo, continuaba vigente cuando yo ya contaba con memoria para recordar una canción. Pero fue con sus discos “Ray of light” y “Music” cuando comencé a seguirla.
Madonna, antes que una célebre cantante, compositora, bailarina, actriz y empresaria, es una mujer fuerte. Una mujer admirable, porque supo salir adelante sola, desde muy joven, para conquistar sus sueños, desafiando al mundo entero que la criticaba con el poder hiriente de un titular a ocho columnas.
Madonna ha sido un ejemplo a seguir para millones de mujeres en la industria de la música. Ella impuso una moda conforme a su estilo que continúa hasta nuestros días, después de más de tres décadas. Ella fue la precursora del electro pop. Su ingenio y creatividad artísticos le permitieron permanecer activa, su fortaleza y pasión por su sueño la impulsaron hasta convertirse en un referente, pero lo que la fortaleció fueron las envidias, las trabas y las críticas de los que la odiaban o de aquellos que no creían en ella.
En conclusión, tanto el apoyo de quienes creen en ti como las críticas de los que te odian siempre te van a fortalecer. En la música hay que ser sinceros. Podrá gustarnos o no su estilo, su música o su persona, pero Madonna se ha expresado con honestidad a través de sus canciones, de su interpretación, de su creatividad e innovación, defendiendo sus ideales y con sus palabras directas en los medios, convirtiéndola en un valiosísimo ser humano, mientras la oposición de sus detractores la hizo destacar con mayor ímpetu. A final de cuentas lo importante es trascender, ser fiel a tu sueño y a tus convicciones, ser valeroso, preocuparse por su entorno y así, convertirse en un verdadero artista.