1.- Free-writing
Arranca la tecla “borrar” de tu computadora. Tira tu corrector por la ventana. Haz lo que creas necesario para escribir sin filtros.
Pon la melodía que acabas de terminar y escribe. Escribe TODO lo que te venga a la mente.
No cheques gramática ni ortografía. Nadie más va a leer esto.
Ejemplo: Digamos que compuse “Cecilia Ann”, de los Pixies, y quiero ponerle una letra. Voy a enseñarles un pedacito del ejercicio de free-writing que hice para ello.
El siguiente paso es filtrar los temas que te gustan y desarrollarlos en diferentes bocetos hasta que encuentres una letra que te convenza.
2.- Ponte en otros zapatos.
Toma un tema. El que sea. Puede ser un súper cliché: ¿Te dejó tu novia?, ¿estás enamorado?, ¿quieres bailar toda la noche?
Escribe sobre él como si fueras algo o alguien más. Usa otra perspectiva:
¿Cómo se dió cuenta el señor al que le comprabas flores de que habías terminado con tu novia?
¿Qué opina el de la limpieza de que quieras bailar toda la noche y dejarle un relajo?
¿Cómo se siente tu perro cuando lo dejas diario para irte con la persona que te gusta?
¿Y el vecino?, ¿y el vestido que dejó tu ex en el clóset?…
¿Has oído esta canción de Amanda Palmer? Cuenta cómo se deteriora una relación usando la cama como eje de la historia:
3.- Usa una fotografía como base
O una ilustración. O un post de Instagram.
¿Qué historia cuenta?, ¿cómo la puedes hacer canción?
¿Un ejemplo? Esta canción de Moby, basada en la imagen que está de fondo en el segundo 13.
Tip:
¿Por qué no combinas más de una técnica?
¿Qué tal si haces un free-writing después de ver una fotografía?, ¿qué tal si cuentas la historia de la fotografía desde la perspectiva del árbol en el fondo? Etc, etc.
¿Tu problema es más bien con las melodías? Tenemos un post sobre eso aquí.
¿Necesitas ideas para el arte que va a acompañar la canción que acabas de armar? Da click aquí.
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