Si eres músico sabrás que hay dos grandes tribus que han estado en guerra desde tiempos inmemoriales, los músicos originales y lo músicos de covers o hueseros.
La mayoría de los músicos odian el hueso porque muchas de las veces significa que su proyecto original fracasó y bueno si tienes que pagar la renta te tienes que rifar unos covers.
Ayer asistí a uno de esos lugares que abundan en la zona de insurgentes en la CDMX, con chelas baratas, botanas atascadas y por supuesto una banda huesera. Los tipos tocaban increíble cualquier subgénero del metal y hard rock. En algún momento el vocalista comentó que su guitarrista principal estaba de viaje por lo que agradecían a quien estaba “echándoles el paro” en la guitarra en ese momento y que no había tenido tiempo de ensayar con ellos. Y pum! en ese momento tuve una revelación, los músicos originales tenemos algo que aprender de los hueseros.
En la música original muchas veces pasa que alguno de los miembros de la banda, o todos, llegan al ensayo sin haber practicado en lo individual, y agarran el tiempo que debería ser 100% de ensamble y composición en grupo, para “sacar las notas” que ya deberían de saber para ese momento. Le cargan mucha responsabilidad al ensayo al no dedicar tiempo en lo individual.
Estas bandas hueseras suelen ser mucho más comprometidas
Estos tipos del bar que les comento, seguro habían podido ensayar 1 o máximo 2 veces antes de la tocada, pero como ya cada quien sabía su parte pudieron repasar todo el setlist varias veces. Se trata de optimizar tiempos y ser más productivos durante el ensayo.
Estas bandas hueseras suelen ser mucho más comprometidas pues recuerden ellos viven de la música, si no tocan (y tocan bien), no comen. Creo que si las bandas originales imitamos ese compromiso, nuestra música puede elevar su nivel significativamente.